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GOe - Gastronomy Open Ecosystem, conectando ciudad, naturaleza y biodiversidad

22 Julio 2025

Basque Culinary Center ha presentado el Proyecto Paisajístico de GOe - Gastronomy Open Ecosystem, el planteamiento transforma el edificio en un espacio ecológico y biodiverso, integrado en la red verde urbana de la ciudad de Donostia-San Sebastián. En la presentación han participado Joxe Mari Aizega, director general de Basque Culinary Center; Paz Simón, directora de operaciones de Basque Culinary Center; e Iñigo Segurola, paisajista y responsable del proyecto desde el estudio Lur Paisajistak.

Lejos de ser solo un elemento arquitectónico, GOe se materializa desde una visión sostenible e innovadora que conecta el edificio con su entorno natural. El proyecto paisajístico ha sido desarrollado en coordinación con Parques y Jardines del Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián, y dentro del marco del Plan de Infraestructura Verde y del Plan Director de Arbolado de Donostia-San Sebastián ‘BOTANIKA’, que contempla la Avenida Navarra como un corredor verde fundamental que une los barrios de Ategorrieta-Ulia, Egia y Gros con la playa.

GOe actúa como conector verde, un puente entre la naturaleza y la ciudad, donde se plantan plantas resistentes al ambiente y características específicas de la zona. Así, se consigue introducir más naturaleza en la ciudad, mejorando la biodiversidad y creando un entorno más rico y saludable para plantas, animales y personas.

El espacio público generado en el ámbito de actuación de GOe cumple con los requisitos definidos por la Sección de Parques y Jardines y recogidos en ambos planes, que responden a marcos normativos de referencia a nivel internacional, estatal y europeo, vinculados estrechamente con la sostenibilidad urbana. 

De este modo, GOe se convierte en un punto de referencia que refuerza la conectividad ecológica, fomenta el refugio de fauna urbana y promueve la integración paisajística, cumpliendo los criterios establecidos en dichos planes. “GOe representa nuestra apuesta por un futuro donde la gastronomía, la sostenibilidad y la investigación se entrelazan. Con este proyecto paisajístico damos un paso más hacia un modelo de innovación respetuoso con el entorno, y comprometido con el bienestar de las personas”, ha señalado Joxe Mari Aizega, director general de Basque Culinary Center.

Un edificio que se convierte en un ecosistema verde

El proyecto paisajístico se compone de la cubierta vegetal del edificio y de la vegetación incorporada en la urbanización complementaria, ambas concebidas como una infraestructura ecológica coherente, diversa, funcional e integral. Las zonas verdes suman 3.600 m², lo que refuerza el compromiso con la sostenibilidad y la integración paisajística del entorno. Juntas construyen una red que refuerza la conectividad verde del barrio de Gros, y potencia el papel de la Avenida Navarra como corredor natural. “La sostenibilidad y el respeto al entorno han sido los ejes que han guiado cada decisión en el diseño y construcción del edificio GOe. Este proyecto paisajístico es un reflejo tangible de ese compromiso, pensando no solo desde lo funcional, sino desde una mirada ambiental y social”, ha explicado Paz Simón, directora de operaciones de Basque Culinary Center.

La cubierta ajardinada alberga 1.329 m² de zonas de plantación, convirtiéndose en un ecosistema vivo integrado en la arquitectura del edificio. En ella se han incorporado 6.216 unidades de 26 especies diferentes, incluyendo vivaces, arbustos y gramíneas, seleccionadas por su bajo requerimiento hídrico, su adaptabilidad al clima atlántico y su atractivo estacional.

Se trata de una gran superficie ajardinada que se estructura mediante la plantación puntual de bandas de arbustos persistentes, seleccionados por su follaje perenne y su adaptación a condiciones salinas. Entre ellos destacan el Pittosporum tobira “Nana” y la Diosma pulcherrima, que aportan ritmo, contraste de texturas y presencia visual durante el invierno. Estas bandas arbustivas se alternan con cinco franjas de floración diferenciada, que aportan riqueza cromática y diversidad ecológica a lo largo del año.

La primera de estas bandas está dominada por floraciones blancas, con especies como Gaura lindheimerii, Pennisetum villosum, Erigeron karvinskianus y la gramínea Leymus arenarius, adaptada a ambientes marinos. En la segunda predomina la gama azul y morada, con Verbena bonariensis, Tulbaghia violacea, Perovskia atriplicifolia y Pennisetum alopecuroides. La tercera banda presenta tonos amarillos, gracias a especies como Rudbeckia fulgida, Hemerocallis (lirios de un día) y Lysimachia clethroides.

Una cuarta banda incorpora plantas autóctonas de ambientes húmedos como Lythrum salicaria (salicaria), Filipendula ulmaria y Persicaria microcephala “Red Dragon”, mientras que una quinta banda alterna unidades de Carex pendula e Iris pseudacorus, también propias de zonas húmedas atlánticas.

Gracias a la alternancia entre arbustos perennes y estas cinco bandas de vivaces, se configura un mosaico vegetal rico y dinámico, que combina floraciones, texturas etéreas y variaciones estacionales. Este diseño no solo enriquece la estética del conjunto, sino que también favorece la biodiversidad, proporcionando alimento para insectos polinizadores y refugio para diversas formas de fauna urbana, además de ofrecer a la ciudadanía una experiencia vegetal viva, cambiante y funcional.

Esta superficie verde no solo mejora el aislamiento térmico y acústico del edificio, sino que también actúa como hábitat para insectos polinizadores, aves y pequeños mamíferos, promoviendo la presencia de fauna urbana y favoreciendo la biodiversidad. 

Además, esta cubierta, diseñada junto a la empresa vasca Drenatura, funciona como un sistema de drenaje sostenible: recoge y retiene el agua de lluvia, que se reutiliza mediante un sistema de riego pasivo sin necesidad de energía externa, reduciendo el consumo de agua potable. El conjunto vegetal actúa como un filtro natural y contribuye a reducir la temperatura del aire entre 2 y 5 grados, mitigando el efecto “isla de calor” en la zona de Manteo mediante la evaporación del agua de lluvia. 

Esta cubierta no solo mejora el comportamiento energético del edificio y contribuye a la gestión sostenible del agua, sino que también se abre a la ciudadanía como un espacio público activo. Las formas onduladas del edificio, concebidas como terrazas escalonadas, generan una secuencia de espacios al aire libre que conecta el edificio con su entorno, diluyendo las fronteras entre interior y exterior. Así, GOe transforma su cubierta en un paisaje habitable, demostrando cómo la arquitectura puede ser, al mismo tiempo, soporte ecológico y motor de transformación urbana.

En paralelo, se ha permitido integrar vegetación en la urbanización complementaria que rodea el edificio, de la cual 2.271 m² corresponden a zonas verdes. En estas áreas se plantarán 1.293 unidades de 25 especies diferentes –entre árboles, arbustos y vivaces–, aportando biodiversidad y valor paisajístico al entorno. 

En la Avenida Navarra, se ha apostado por un diseño que incluye alcorques corridos en lugar de individuales, lo que proporciona mayor continuidad vegetal y más superficie permeable. Esta franja ajardinada, de un metro de ancho y con un sustrato de un metro de espesor, permite la captación e infiltración de aguas pluviales, contribuyendo a la gestión sostenible del agua. En este espacio se desarrollan esquemas de plantación mixtos y diversos, con una doble línea de vegetación que combina árboles, arbustos y plantas vivaces, favoreciendo la biodiversidad, enriqueciendo el paisaje urbano y generando hábitats funcionales para polinizadores, aves y pequeños mamíferos.

En el marco del plan de estrategia verde de la ciudad de Donostia-San Sebastián, esta intervención refuerza el papel de la Avenida Navarra como corredor ecológico, al configurarse como una banda vegetal estructurada en tres estratos. El estrato arbóreo estará compuesto por una alineación de olmos (Ulmus sp.) plantados cada 10 metros, que dan sombra y continuidad visual al paseo. La franja más cercana a la calzada tendrá carácter arbustivo, con especies de porte medio como Arbutus unedo (madroño), Callistemon laevis, Cordyline australis, Phillyrea angustifolia, Vitex agnus-castus “Delta Blue” y Pittosporum tenuifolium “Irish Luck”, que aportan textura, color y estructura vegetal durante todo el año.

Junto a la acera, el estrato más bajo combinará arbustos de pequeño porte como Diosma hirsuta “Pink Fountain” y Rhaphiolepis x delacourii “Coates Crimson” con plantas vivaces como Dietes bicolor, Ceratostigma willmottianum y Alstroemeria rivale, seleccionadas por su rusticidad, su capacidad ornamental y su contribución a la biodiversidad. Esta combinación crea una vegetación densa y continua que responde a criterios funcionales, ecológicos y estéticos, promoviendo un paisaje urbano más resiliente, acogedor y conectado con los ecosistemas naturales.

La creación de ambientes con formas, texturas, colores y floraciones que expresan valores paisajísticos en cada estación del año contribuye a aumentar el valor escénico del entorno. Esta diversidad no solo se refleja en la variedad de especies, sino también en los diferentes portes y alturas que configuran una continuidad vertical y horizontal que favorece las interacciones entre ellas. Se ha buscado, además, una proporción equilibrada entre especies caducas y perennes, incluyendo especies comestibles, para lograr un paisaje atractivo todo el año, mejorar las condiciones bioclimáticas urbanas y reforzar la continuidad ecológica como base para el refugio y alimentación de fauna.

La selección de especies se ha realizado teniendo en cuenta sus bajos requerimientos hídricos y su resistencia a la sequía, así como su bajo mantenimiento y su capacidad para reflejar la variabilidad de los cambios estacionales. Todo ello se ha concebido con la voluntad de crear espacios que configuren una escala humana dentro del paisaje urbano, generando una experiencia más acogedora, sostenible y adaptada al clima.

La presencia de árboles y zonas verdes en torno al edificio refuerza estos beneficios: sus copas retienen temporalmente el agua de lluvia, sus raíces favorecen la infiltración y su actividad biológica mejora la calidad del suelo y del aire, completando un sistema ambientalmente eficiente, resiliente y beneficioso para toda la ciudad. “Nuestro enfoque ha sido diseñar un entorno verde resiliente y dinámico, que no solo responda a criterios ecológicos sino que también mejore la experiencia de la ciudadanía y recupere el vínculo con el paisaje natural del entorno”, ha afirmado Iñigo Segurola, paisajista y responsable del proyecto desde el estudio Lur Paisajistak.

En cuanto al parque superior que conecta el edificio con el barrio de Manteo constituirá un recorrido ajardinado de 2.200m2. En este entorno se han utilizado especies adaptadas al entorno costero, como tamarindos o pinos marítimos, diseñadas para ofrecer sombra, diversidad cromática y resistencia al viento y la salinidad. La zona horizontal junto al camino de este parque se vegetalizará con un criterio unificado, creando un paseo arbolado que proyecte sombra y verdor sobre una base abierta de césped, invitando a un tránsito y en armonía con el paisaje natural. Este ámbito ajardinado se completará con la plantación de 18 ejemplares de Schinus molle (falso pimentero), de tronco bien desarrollado (14/16 cm de perímetro), que reforzarán la sensación de continuidad verde y aportarán un carácter amable y sombreado al recorrido, en sintonía con el entorno vegetal de la ladera.

En el talud que desciende hacia la Ikastola de Manteo combinarán tamarindos arbustivos, árboles resistentes al viento y una pradera florida, reforzando la biodiversidad y el paisaje natural de la zona.

Todas las medidas adoptadas en el diseño y desarrollo del Proyecto Paisajístico de GOe responden también a la necesidad de mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático. En un contexto de emergencia climática, fenómenos como olas de calor, sequías o lluvias torrenciales son cada vez más frecuentes, y requieren soluciones concretas desde el diseño urbano.

Actualmente, se está realizando una simulación a escala reducida de la cubierta ajardinada, con el objetivo de evaluar cómo se adapta el proyecto paisajístico al entorno. Este piloto permite realizar pruebas sobre la viabilidad ambiental y técnica de las soluciones previstas, garantizando su integración óptima en el conjunto urbano.

Con este Proyecto Paisajístico, GOe no solo transforma un edificio en un ecosistema, sino que plantea un modelo inspirador de infraestructura capaz de hacer frente a los retos ambientales. Su diseño es una respuesta directa a la emergencia climática, y una apuesta decidida por una ciudad más biodiversa. A través de la integración de naturaleza, paisaje y arquitectura, GOe demuestra que es posible construir entornos resilientes que mejoren la calidad de vida, refuercen los ecosistemas urbanos y conecten a las personas con el entorno que las rodea. Donostia-San Sebastián suma así un nuevo referente en su camino hacia una ciudad más verde y sostenible.

 

Desarrollado por: GureMedia