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"La cocina como motor de cambio" artículo de Joxe Mari Aizega, director general de Basque Culinary Center

27 Mayo 2016

Basque Culinary World Prize: la cocina como motor de cambio

Por Joxe Mari Aizega, director general de Basque Culinary Center

En un restaurante, ya es mucho lo que hace un cocinero. Orientando su profesión a la excelencia, trabajando duro y a diario por dar estar a la talla del reto que significa dar de comer, los chefs son actores importantes dentro del colectivo al que se deben. En el tiempo, sin embargo, el espectro de sus acciones se ha ampliado, en casos trascendiendo los límites físicos de la cocina. ¿Tiene esto sentido? Creemos que sí. 

Los chefs han aprendido –o querido- moverse en distintos niveles. Así como hay chefs enteramente dedicados a la difícil tarea de la restauración, hay quienes aprovechan lo que saben para abocarse al ámbito de los medios de comunicación. En un tercer plano, sin embargo, y sin que los dos anteriores sean excluyentes, ha habido quienes aprovechan la esencia de la cocina para vincularse de otra manera con la sociedad, entendiendo que, quizá, pudieran ser útiles en la tarea de conectar distintos ámbitos del conocimiento en torno a reflexiones donde la gastronomía pudiera tener algo que decir o, mejor aún, algo que aportar.

Lejos de tratarse de un fenómeno accidental o meramente mediático, buena parte de los cocineros ha conseguido legitimar su papel a través de acciones que en el tiempo han resultado transformadoras.

El protagonismo alcanzado conlleva una responsabilidad ineludible. Conscientes de esa realidad, los profesionales de la cocina se toman en serio el papel que juega la alimentación en ámbitos que tradicionalmente se analizaban desde otras ópticas, como la económica, política, medio ambiental, científica…

Los chefs contemporáneos se han atrevido a plantear un mayor eje de interacción con su entorno. Y eso ha hecho que el contexto gastronómico cambiara. Por citar apenas un indicador interesante: de acuerdo con una reciente encuesta realizada en el Reino Unido, las campañas de salud articuladas por el gobierno influyen apenas a un 10% de los adultos, mientras que los mensajes de chefs y programas de cocina alcanzan a un 31%.

En distintos rincones del mundo, hay quienes multiplican la dimensión de su trabajo, integrando sensibilidades y aptitudes a un nuevo terreno abonado por el intercambio multidisciplinario.

Frente a la proporción que alcanza el fenómeno, y a la suspicacia que naturalmente algo así puede provocar en esferas ajenas a la gastronómica, vale la pena preguntarnos con franqueza: ¿Está bien que unos cocineros no hablen ahora solo de cocina, sino que se involucren en temas de sostenibilidad o comercio local? ¿Es acaso una exageración todo esto? ¿Es legítimo que se incluyan en debates sobre la biodiversidad del planeta; o que nos adviertan sobre amenazas a la salud de la humanidad?

En el Basque Culinary Center estamos convencidos de la relevancia que puede alcanzar el sector gastronómico cuando sus actores asumen la responsabilidad que conlleva ser escuchado y, en consecuencia, cuando aportan una mirada distinta ante esquemas convencionales, alteran la agenda de discusión o se suman a escenarios que al final nos atañen a todos. Como institución académica pionera a nivel mundial, nos pareció oportuno materializar algo que pusiera esto en relieve.

Con el ánimo de celebrar, reconocer y promover esa evolución, en trabajo conjunto con el Gobierno Vasco, lanzamos el premio Basque Culinary World Prize a principios de 2016, para distinguir a chefs con iniciativas transformadoras que den testimonio y expresen cómo la gastronomía puede constituir un motor de cambio.

Lanzar esto desde Euskadi no es más que una manera de destacar la orientación intrínseca de este país a la innovación y a la creatividad, constituyendo, además, un ejemplo de cómo, históricamente, insistimos en dar pasos al frente.

Cuarenta años han pasado desde que la Nueva Cocina Vasca marcara pauta y abriera los caminos que nos trajeron hasta aquí. Con el premio, no sólo celebramos ese recorrido: alimentamos el espíritu global y pionero con el que, precisamente, nos reconocen en el mundo entero, brindando más y mejores razones para que nuestro territorio gastronómico sea apreciado internacionalmente por sus productos agroalimentarios, atrayendo además a visitantes de todas partes.

En ese contexto, nos ilusionó abrir un espacio para identificar a esos que se desmarcan del resto, buscando darle voz a hombres y mujeres trabajadores, emprendedores y con vocación por la excelencia; innovadores y creativos; tenaces, contracorriente, temerarios, pero sobre todo, comprometidos con su comunidad, bien a través de la innovación culinaria, de proyectos vinculados con temas culturales, de responsabilidad social, sostenibilidad o desarrollo económico. O a través de iniciativas que, en general, impacten positivamente la industria alimentaria.

Un chef en sí mismo no puede cambiar al mundo. Lo sabemos. Lo que sí puede es formar parte de cambios importantes. Respetando y hasta sublimando la esencia de su oficio -la cocina-, puede interconectar realidades, servir de medio para articular visiones en torno a problemáticas compartidas por todos y, afortunadamente, aportar soluciones.

 

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